Nómadas del nuevo siglo

Vantravellers

Lidia y Javi, los «vantravellers» de Guadalajara

Por Álvaro García *

«Inventamos una montaña de consumo superfluo en la que vivimos comprando y tirando, y lo que tiramos es tiempo de vida, porque cuando yo compro algo, o tú, no lo compras con plata, lo compras con el tiempo de vida que tuviste que gastar para tener esa plata. Pero con una diferencia. Lo único que no se puede comprar es la vida. La vida se gasta, y es miserable gastar la vida para perder libertad». Sabiduría en estado puro condensada en menos de un minuto, surgida de la boca de una de las figuras políticas más inspiradoras de este comienzo de siglo y que, contrariamente a la tendencia predominante por lo novedoso, clava profundamente las raíces de su pensamiento en el siglo pasado.

José Mujica está a punto de superar los 80 años, y ha sido presidente de Uruguay durante los últimos cinco, pese a lo que nunca ha dejado de ser una persona apegada a la calle, la gente común, y a sus austeras costumbres. Llamado por algunos «el Presidente Pobre», Mujica siempre niega la mayor, «yo no soy pobre, yo tomo la austeridad como camino para andar liviano de equipaje y tomar tiempo para hacer lo que a mí me gusta».

Una filosofía de vida que sin duda nos hace admirarle a muchos, tratando de tenerla presente siempre que la vorágine de nuestras vidas nos lo permite, pero que pocos se atreven a aplicar con determinación para intentar huir de ese círculo vicioso en el que el consumismo nos mete sin darnos cuenta. Cosas que realmente son prescindibles de repente se vuelven imprescindibles, nos cuesta darnos cuenta de que nuestro tiempo es más valioso que todas esas necesidades superfluas con las que nos bombardean, y que nosotros podemos decidir en qué y con quién lo empleamos.

Sin embargo, Lidia y Javi lo tienen muy claro y además han sido capaces de romper ese círculo. «Nosotros somos ricos en tiempo», apostillan en un momento de nuestra entrevista, como si la frase hubiera surgido repente de la misma boca de Mujica. «Lo mejor que podemos hacer es lograr tener tiempo para uno mismo, y en nuestra vida cotidiana hay demasiado ruido para eso, por lo que decidimos romper con nuestras rutinas y emprender un nuevo proyecto de vida», resume Javi en una muestra de la filosofía vital que les ha empujado hasta el momento actual, en el que emprenden una nueva y apasionante aventura que quieren mostrar al mundo. Un viaje por carretera, solo con una vieja furgoneta, desde España y atravesando medio mundo hasta Australia.

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«Necesitamos tiempo para conocer y aprender, para entender que esta vida es única. Y para ello necesitamos más tiempo del que la rutina nos concede». Así reza el encabezamiento de www.vantravellers.com, la web en la que ya han volcado un buen puñado de sus experiencias como transeúntes y mediante la cual nos irán mostrando el mundo a través de sus pasos, sus palabras y el objetivo de su cámara. La meta que podríamos intuir echando un vistazo al portal sería la de dar una vuelta al mundo en una furgoneta para pasar unos cuantos meses completando una viaje memorable, sobre todo para ellos, pero nos equivocaríamos. El objetivo final va mucho más allá.

«Nosotros no nos hemos planteado esto simplemente como unas vacaciones atípicas, sino como una forma de vida. A nosotros lo que más nos gusta es disfrutar estando solos, yendo a nuestro aire y viviendo en la naturaleza, así que vamos a intentar hacerlo todo lo que podamos y durante el mayor tiempo que podamos», un ‘life-style’ que busca un reencuentro con la naturaleza y la esencia del ser humano que podría encajar dentro del movimiento ‘van-life’, de reciente auge entre jóvenes norteamericanos y europeos, pero muy poco extendido hoy en nuestro país, donde quizá estos guadalajareños acaben siendo profetas… ¿por qué no? «En el mundo anglosajón y nórdico tienen un concepto distinto de la familia, están menos apegados a ella y los padres influyen menos en la vida de sus hijos. Aquí eso aún está muy presente y esa, como otras, son barreras que vas derribando».

El caso periodísticamente más sonado sea quizá el del norteamericano Daniel Norris, un joven jugador de béisbol que pese a ser multimillonario ha decidido vivir en una combi (popular furgoneta Volkswagen de los 70 y 80) con solo 736 euros al mes. Pero el caso que nos ocupa no tiene mucho que ver, más allá de que para Lidia y Javi su casa también es una furgoneta y tampoco necesitan mucho dinero para vivir. Es más, en su sitio web nos muestran como vivir y viajar por Europa recorriendo 13 países y haciendo casi 14.000 km con solo 8,5 euros al día. La tercera parte de lo que emplea Norris cada mes.

«Ese ha sido el viaje más largo que hemos hecho, seis meses por Europa el verano pasado, que acabaron siendo una experiencia inolvidable que nos hizo ver más claramente lo que queríamos para decidirnos a abordar este proyecto, sin metas, sin prisas de ningún tipo. Encontrarte por el camino con gente que piensa como tú te reafirma», cuenta Javi hablando del proceso que les ha traído hasta aquí. «Durante ese viaje vivimos cosas que creemos que le pueden ser interesantes para la gente o útiles a otros viajeros, así que por eso decidimos hacer la web y empezar a darle difusión por redes sociales a esto que tenemos entre manos», nos explica Lidia para introducirnos a lo que es para ellos Van Travellers, un proyecto vital en el que han decidido invertir sus ahorros para conseguir llegar conduciendo desde España hasta Australia, a su aire y contándonos sus peripecias, que seguro que no serán pocas.

«Lo más difícil está siendo solucionar todo el papeleo para tratar de perder el menor tiempo posible en las embajadas y en los pasos fronterizos. De hecho va a ser imposible dejarlo todo cerrado, porque hay sitios donde si pides el visado aquí, cuando queramos llegar se nos habrá caducado», cuenta Lidia con resignación: «el mundo no está hecho para viajar».

– «Desde luego, más bien todo lo contrario, por eso se levantan fronteras, para impedir que entre el de fuera, el diferente», les espeto como conclusión, a lo que responden con firmeza: «Lo que nos aleja del resto es la ignorancia, el miedo a lo que no conocemos. Si algo hemos aprendido viajando es tolerancia, a comunicarnos con los demás y a enriquecernos estando con otras personas. Eso tiene un valor incalculable». ¿Y qué hay del lógico temor a situaciones complicadas o peligrosas? «El sentido común es el que más te ayuda a evitar los problemas. Nosotros nunca hemos tenido ninguno y eso no nos acobarda. Siendo cautos no tiene porqué pasar nada», algo que se dice rápido aunque viendo la ruta que tienen planificada, da qué pensar.

Primero todo centro Europa, por Alemania, con una parada larga en Rumanía. Después cruzarán el Bósforo y Turquía, el Kurdistán, Irán y Pakistán hasta llegar a India siguiendo la histórica Ruta de la Seda, «esperamos llegar allí en diciembre, pero desde ahí la verdad es que es una incógnita lo que tardaremos en atravesar Oriente hasta llegar a Australia. Quizá los papeleos nos obliguen a quedarnos en algún sitio más tiempo del que nos gustaría». Parece que eso les preocupa incluso más que atravesar países con conflictos bélicos abiertos, «nos hemos informado mucho al respecto y sabemos cómo y por dónde hacerlo». La distancia que van a tener que recorrer, ni ellos lo saben. Son 16.000 km en línea recta que nadie puede hacer de un tirón porque no existen vuelos directos entre Madrid y Sydney. Y luego hay que volver… La definición de aventura en el diccionario debería recoger sus nombres cuando lo completen.

Llegados a este punto resulta difícil imaginar cómo puede embarcarse en esto alguien que no esté forrado o esté loco. Nuevo error. Lidia Geniz, barcelonesa de nacimiento pero marchamalera de adopción, y Javier Fabre, de Guadalajara de toda la vida, son dos jóvenes hechos a sí mismos. Después de un buen puñado de años compartiendo su vida, han hecho de todo. Estudiaron hasta el instituto, se sacaron dos títulos en Química y en Mecánica Industrial, y han ejercido sus profesiones y otros variados trabajos para salir adelante en Guadalajara, y también fuera de nuestro país. Incluso montaron un negocio de hostelería bastante conocido durante un tiempo en el centro de nuestra ciudad.

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Cansados de una forma de vida convencional, decidieron cambiar y experimentar. «Cerramos nuestra tetería, y con lo que nos dieron por el traspaso decidimos probar en Escocia. La verdad es que tuvimos suerte, aquello nos gustó y enseguida encontramos trabajo. A mí mi empleo de mecánico industrial me aburría, prefiero trabajar con la gente o de cara al público. Encontré un trabajo de conserje en un hotel y vimos que en Escocia podíamos vivir sin apuros trabajando mucho menos que aquí. La verdad que es envidiable lo flexibles y lo bien organizados que están. Si tú, por circunstancias, quieres trabajar cuatro o incluso tres días por semana, o media jornada, nadie te pone problemas. Lo dices, te reducen la jornada y el salario proporcionalmente, y todos contentos», nos cuenta Javi, en una conversación en la que descubrimos que la aparición de la furgoneta en esta historia, de la que al final es protagonista, fue casi por casualidad.

«Era de un conocido que la usaba para trabajar y le ofrecí comprársela. Me dijo que no pero, como cuatro años después, se nos volvió a pasar por la cabeza comprar una para irnos de vacaciones a nuestro rollo, como a nosotros nos gusta. Me dijo que la iba a vender ya, así que le envié el dinero a mi padre y al cabo de un tiempo vinimos a España a por ella y nos pusimos a viajar por Escocia en seguida. Nos encanta aquello, es pura naturaleza», viajes de los que extrajeron sus primeras lecciones. Para vivir en la «furgo» había que adecuar debidamente la estancia y, sobre todo, aislarla del frío y del calor. Después vino la planificación del primer viaje por Europa. Medio año y parte de sus ahorros invertidos después de dejar atrás tres años de trabajo en Escocia, «no nos da miedo dejar el trabajo porque sabemos que cuando volvamos encontraremos algo. No necesitamos mucho para vivir y el trabajo solo es un modo de obtener dinero, así que cuando se nos acabó, volvimos y conseguí entrar de recepcionista en el mismo hotel». Y hasta les fue mejor que antes, porque Lidia consiguió un trabajo relacionado con la química, «pero nosotros lo que queremos es vivir en el campo o viajando, y al final nos hemos decidido por esto».

La vieja Volkswagen ha sido completamente acondicionada para vivir en ella

Así que, desde aquí y hasta no se sabe cuándo, Lidia y Javi vivirán de sus ahorros, atravesando medio mundo en una furgoneta Volkswagen de más de 20 años. Eso sí, muy bien conservada y con unas recientes adaptaciones que ahora la convierten en un auténtico hogar. «Hemos amueblado el interior para sacarle el mayor rendimiento, pero sobre todo para tener una buena cama. Es imprescindible. También la hemos terminado de aislar por completo, hemos puesto un portabicicletas para lo obvio y también para llevar el gas y el gasoil, y placas solares en el exterior para recargar los aparatos eléctricos y, sobre todo, el portátil. En ese cacharro lo tenemos todo, los documentos, la planificación de todo el viaje, nuestra ventana al mundo para actualizar la web y comunicarnos. Todo».

La manera de ver la vida que cada uno tenemos nos hará compartir su filosofía, envidiarla, pensar en ponerla en práctica, o rechazarla por completo. Pero lo que está claro es que la aventura de estos dos alcarreños no solo merece ser contada, sino también ser seguida. Si has llegado leyendo hasta aquí, te recomiendo que entres en su web, les conozcas a ellos, veas todas las experiencias que tienen para contarnos, los curiosos consejos prácticos que nos ofrecen y, porqué no, quizá patrocinarles. Hay alguna empresa alcarreña que ya lo hace «y estamos abiertos a cualquiera que quiera implicarse en nuestro proyecto». De momento también tienen perfiles en Facebook, Twitter e Instagram, pero quizá se animen también con el crowdfunding: «Es algo que hemos barajado, pero no podemos compatibilizarlo con los enlaces que tenemos a Amazon en la web, así que lo más fácil es que si piensas en comprar algo de todo el material que mencionamos para hacer las adaptaciones de la ‘furgo’ o sobrevivir por ahí a la intemperie, lo hagas pinchando en esos enlaces”. Semejante experiencia vital lo merece 😉

10297554_10152757814999319_6763504508628362286_n* Álvaro García es periodista y fotógrafo, con experiencia en medios de comunicación provinciales y regionales desde el año 2003, cuando comenzó a trabajar en Nueva Alcarria, especializándose como redactor de Deportes. Después lo hizo para el diario La Tribuna de Guadalajara, Punto Radio Guadalajara y RTVCM, hasta junio de 2007. Desde entonces se ha especializado en comunicación corporativa, y recientemente ha fundado un nuevo proyecto colaborativo multiservicios: «Habla Comunicación».

4 comentarios en “Nómadas del nuevo siglo

    • Jajaja con ambas cosas disfruto, aunque seguramente lo hago más con lo que mejor se me da de ambas, y la verdad que historias como la de Javi y Lidia decantan mucho la balanza hacia un lado.

      Recomiendo encarecidamente que los sigáis, su aventura es absolutamente real e interesantísima. 😉

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