El extinto Bar Soria acogió la vanguardia cultural de Guadalajara en los años 50 del siglo pasado. Foto/Guadalajaradiario.es
Por Mamen Solanas. (*)
Siempre me ha gustado el periodismo. Desde muy joven, cuando me preguntaban qué deseaba hacer cuando fuera mayor siempre respondía o pensaba para mí que periodista o escritora. En realidad, mi cabeza de entonces no distinguía entre una y otra actividad, seguramente de la misma forma en que ahora los chavales quieren ser famosos y no distinguen entre fama y ocupación, arte, pasión, formación, acción. Comparto esto porque, al fin y al cabo, en mi vida, no he parado de escribir y sí me considero escritora, pero sobre todo porque en algunos momentos, especialmente en los ligados a mis investigaciones en el ámbito universitario, también he llegado a sentirme periodista. Así vuelve a ser en esta ocasión, en la que llevo meses trabajando; año y medio incluso ha transcurrido desde que empecé a recoger información y testimonios.
Antes del verano, Gloria Magro, una de las seis caras de la actualidad de El Hexágono, inició una serie de artículos a los que denominó «Bares, qué lugares», en la que afirmaba que, si hablamos de bares, las conversaciones se vuelven interminables recordando que nada nos une más que el calor de una barra de un bar aunque este ya no exista. Se refería a los bares como trocitos de vida. Los lectores recibieron esos artículos con entusiastas comentarios en redes sociales y muchos de ellos se sumaron a compartir los bares de su vida. En dichos artículos surgieron en más de una ocasión los bocadillos de calamares del mítico Bar Soria, que no es la primera vez que ocupa un lugar en las publicaciones periódicas.
El caso es que en aquellas semanas en que El Hexágono rescataba la historia de míticos bares, andaba yo ya entonces con la preparación de esta exposición en la Biblioteca Pública de Guadalajara y me decía que tenía que hacerme con una firma invitada en el mes de septiembre para seguir el hilo, -ese hilo que en verdad no sigo nunca por mi ausencia en las múltiples redes sociales- y situar en él mi Guadalajara Vanguardista: el Bar Soria y el Postismo (1952) con la que ahora siento que voy a dar la noticia.
Queda menos de una semana para la inauguración de la exposición y hay que poner las cosas en su sitio. Como digo, todo empezó hace más de un año y lo primero que se me propone es una investigación entorno a un Entierro de Velázquez protagonizado por algunos poetas de Guadalajara y vinculado a una exposición de arte abstracto celebrada en el Bar Soria en los años cincuenta relacionada con el Postismo, última vanguardia española de posguerra. Acompañaba la propuesta algunos nombres de los poetas y algún artículo del derribo del Bar Soria evocado por varios periodistas locales y en varios medios de los que recuerdo a otra periodista que también pasó por El Hexágono: Concha Balenzategui. Se trataba del Proyecto I+D ref. HAR2014-58869-P del Ministerio de Economía y Competitividad concedido a la Universitat Politècnica de València y dirigido por Antonio Molina Alarcón titulado «Recuperación de prácticas pioneras del arte de acción de la vanguardia histórica española y su contribución a la historia de la performance europea.»
He dedicado tantos años de mi vida al estudio de la vanguardia histórica europea en relación a la poesía contemporánea que recibí la propuesta con enorme entusiasmo. Acompañaron al entusiasmo un montón de preguntas, relacionadas con lo poco que sé de la estructura de la noticia: ¿Qué? ¿Quiénes? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo?¿Por qué? El primer objetivo era una publicación dentro del proyecto mencionado, dirigida principalmente al mundo universitario, pero mis idas y venidas a los archivos y mis visitas a las personas y familiares protagonistas hicieron que adquiriera personalmente la responsabilidad de contarlo en mi ciudad. Agradezco enormemente a la Biblioteca Pública de Guadalajara haberme contactado una vez concluida la investigación para que esta responsabilidad tomara la forma de una exposición y me ofreciera su apoyo para hacerla posible. Igualmente estoy agradecida a todos aquellos que han colaborado autorizando los actos y lugares propuestos, así como proporcionando el empleo de documentos para su exposición.
La información recogida entorno al Entierro de Velázquez celebrado por las calles de Guadalajara en 1952, cuyo formato reconstruimos para el Acto Inaugural Postista con el que arranca la exposición, saca a la luz el primer happening ocurrido en nuestra ciudad. Era una práctica pionera del arte de acción que surgía de las tertulias literarias Vino y Pan que tuvieron lugar en el primer piso del Bar Soria de Guadalajara en 1952. Las actividades propuestas y desarrolladas por este grupo de artistas y poetas incluyen además el primer recital público celebrado por el Día de la Poesía el 21 de marzo, la I Exposición de Artistas Nóveles Alcarreños y el impulso del Cineclub Estudio, en un contexto de vanguardia marcado por la innovación, la provocación, las veladas, las revistas literarias y la lectura pública de un manifiesto. Con estos acontecimientos, Guadalajara no solo se proyecta a nivel nacional e internacional, sino que a nivel local nos ofrece un importante eslabón de nuestra historia cultural: el impulso del primer cineclub en la ciudad, el primer encuentro de los todavía celebrados Versos a Medianoche o un antecedente teatral antes de la llegada del Grupo de Teatro Antorcha. Es nuestra Guadalajara de siempre, la de Antonio Buero Vallejo, Camilo José Cela y Miguel Picazo, pero contada desde otros nombres y otras perspectivas.
Creo que acabo de dar la noticia. Y me alegra de que haya sido en un periódico porque, como decía al inicio, me encanta el periodismo. Los detalles de este episodio cultural de Guadalajara se cuentan en la exposición y se desarrollan en los actos programados en la Biblioteca Pública y en el Teatro Moderno durante el mes de octubre, todos de entrada gratuita. La muestra expone todos los números de Doña Endrina y Trilce, importantes revistas del Postismo, así como otros documentos, obras y fotografías que ilustran y dan soporte al momento vanguardista.
Si mi entusiasmo inicial al recibir la propuesta de la investigación tomaba sobre todo y en primer lugar la forma de una pregunta: ¿Guadalajara Vanguardista?; hoy comparto con vosotros la respuesta: Sí, Guadalajara, la ciudad donde nací e hice el bachillerato, nuestra ciudad, tuvo un momento vanguardista y para saber más os invito a acudir a la inauguración el próximo 4 de octubre a las 19:00h. en el Salón de Actos de la Biblioteca Pública de Guadalajara o bien a participar en el cortejo fúnebre del Entierro de Velázquez que saldrá del Hotel España a las 18:00h. y llegará al Salón de Actos de la Biblioteca a las 19:00h., invitando a todo el que quiera a unirse.
(*) Mamen Solanas (Guadalajara, 1977) es comisaria de la exposición Guadalajara Vanguardista: el Bar Soria y el Postismo (1952), que podrá verse en la Biblioteca Pública de Guadalajara hasta el 31 de octubre. Doctora en Filología Española e Hispanoamericana, compagina la docencia con la investigación y la creación poética. Ha publicado artículos en torno al Futurismo y la Poética de la Vanguardia, así como los libros La poética Futurista (2011) y La Poética de la Vanguardia: el Silencio y el Ruido en el devenir del verso libre (2011). Su obra poética Vudú desde la habitación de al lado (2016) y Poemas del té (2017) ha sido publicada con Astrolabio Editorial.
Organiza: Biblioteca Pública de Guadalajara. Colabora: Concejala y Patronato de Cultura (Teatro Moderno). Préstamo de documentos: Sección Local de la Biblioteca Pública de Guadalajara, Archivo Histórico Provincial, Archivo Municipal, Centro de la Fotografía y la Imagen Histórica de Guadalajara.
Agradecimientos: al Cineclub Alcarreño, a Quino Romero por tan bello cartel y a todos los participantes en los actos programados, así como a los profesionales, amigos, y especialmente protagonistas, allegados y familiares que han prestado opinión, información y documentos y a los que agradezco enormemente su generosidad.
El hexágono de Guadalajara 