El camino por andar

Por Ana G. Hernández

Parte de los jugadores morados celebran junto a La Zorra Alkarreña el triunfo en el derbi. // Foto: Twitter.

Después de tres semanas de asueto y de descubrir que la pasión por el fútbol es internacional y que, mal que le pese al Presidente de la Liga, Javier Tebas, la Premier League es más seguida que La Liga, este fin de semana volví al Pedro Escartín para vivir el derbi entre el Marchamalo y el Deportivo Guadalajara. Un derbi que, como ya sabrán, se llevó el conjunto de la capital, a pesar de las numerosas bajas que poblaban su engranaje sobre el verde. No en vano, los morados se repusieron a ellas y volvieron a hacer su trabajo en su feudo.

No le quedaba otra, en cualquier caso. Mientras que todos los partidos en casa los puede contar como triunfos, todos los partidos  a domicilio los cuenta como derrotas. Como datos significativos mencionar que el Depor acumula 12 puntos y 12 goles encajados en siete duelos disputados hasta la fecha. Números que le colocan en la zona media alta de la clasificación, pero que son insuficientes para estar a la vanguardia, lugar que, hay que recordar, es el que persigue la formación alcarreña. No obstante, Alberto Parras aún tiene mucho tiempo por delante para seguir trabajando y conjuntando a un equipo de nuevo cuño que apenas lleva dos meses jugando junto.

Además, el Depor tiene una oportunidad de oro la semana que viene para poder puntuar lejos del Pedro Escartín. Y es que, los pupilos de Parra visitarán a uno de los recién ascendidos de la categoría, el Carrión. Un equipo al que ya la pasada temporada doblegó el filial morado en la fase de ascenso a Tercera División con los Guille Atance, Borja Cabanillas o Óscar Muñoz Cabo como protagonistas. De esta forma y con estos antecedentes, además de que la próxima jornada el Depor recupera a varios jugadores para la cita, los morados deberían de empezar a hacer los deberes lejos de su campo, porque, tarde o temprano, algún punto cederá en él desequilibrando su bagaje de ganados y perdidos.

Por su parte, el Marchamalo encadena dos derrotas consecutivas. La primera en casa ante el filial del Toledo, cuando menos inesperada, y la segunda en el Pedro Escartín este fin de semana. Dos partidos en los que se mostró serio, pero en los que le faltó chispa. Una chispa que siempre solía ofrecer Mario. No en vano, el extremo gallardo ha sido en este inicio de la temporada verdilla una de sus principales bajas ofensivas. Sin embargo, el jugador más vertical del Marchamalo cayó lesionado en el San Miguel ante el Azuqueca y su equipo, sin él sobre el césped, no gana.

Obviamente, el conjunto de Andrés García no lo compone un solo jugador, en este caso Mario. De hecho, su baja es un factor más, como puede ser la falta de puntería en estas últimas jornadas. Pero lo cierto es que también el año dio la casualidad de que la baja de Mario coincidió con el peor periplo de resultados del equipo marchamalero. En la mano de Andrés García y de sus jugadores está subsanar la baja de este puñal y mantener el ritmo de crucero que el Marchamalo demostró al comienzo de la campaña.

No muy lejos de Guadalajara, en el San Miguel, el Azuqueca no podía superar al filial del Albacete ni darse una alegría. Y lo hizo más por demérito propio que por mérito del rival. No en vano, los errores rojinegros avocaron al equipo a encajar tres goles. Y eso que los de Alfaro dieron espectáculo a su afición o, por lo menos, entretenimiento. Sin embargo, no terminan de carburar. Ya sea por problemas de índole deportiva, como la puntería o los errores en defensa, o de índole extradeportiva, bajas de jugadores o falta de entendimiento. El caso es que los resultados no llegan y el nerviosismo se empieza a apoderar del círculo rojinegro.