Los guerrilleros de Molina

Elizavetha Parzhina (compañera de Artur Sprogis) en su cuartel a las afueras de Guadalajara.

Por Alan Enrique Herchhoren Alcolea.(*)

¿Qué tiene el abandono que hace imperecedero aquello que toca? ¿Qué tiene ese abandono que provoca una sensación intemporal? ¿Acaso no fascina visitar aquellos lugares abandonados y ver el producto del paso del tiempo?

Todas estas preguntas tienen su respuesta en la Comarca de Molina de Aragón. Fruto de un “desarrollo” localizado en los grandes centros urbanos, nuestra comarca ha pasado totalmente inadvertida de cualquier plan de desarrollo. Quizá, es ese abandono lo que la haga fascinante y misteriosa. Desde la Edad del Hierro a la Guerra Civil esconde historias y lugares increíbles.

El propósito de este artículo es ahondar en ese misterio que rodea cientos de kilómetros de pinares. Bosques de carrascales, sabinas y pinos. Abrupta comarca donde el cultivo ha sido complicado por su geografía y un clima difícil. Por esta situación, la economía se centró en aprovechar su situación geográfica estratégica (conexión del centro peninsular hacia Levante), la ganadería ovina y el trabajo de los montes y pinares: su preciada resina. Es durante la II República cuando se convierte en un núcleo de importancia política.

La zona norte de la Comarca de Molina dependía económicamente de los pinares de la Unión Resinera. Empleaban a miles de trabajadores (1)  -de pueblos como Luzón, Anguita, Mazarete, Tobillos, la Riba de Saelices y las pedanías con las que contaban- vigilados por guardias armados que custodiaban tanto la propiedad del monte, como que el trabajo estuviese realizado. Un pino mal cortado suponía una considerable merma en el salario del trabajador (2). Se entiende que existía una conflictividad laboral y social de primer nivel, con continuas visitas de la Guardia Civil que podía llegar a acabar en trágicas noticias para la familia de algún trabajador.

Este clima social y político, no se circunscribe a la Comarca de Molina, si no que se traslada con hechos aún más graves al resto de la provincia. En Moratilla de los Meleros, el cartero Víctor Bernáldez es apaleado hasta la muerte por llevar las urnas que dieron la victoria al Frente Popular (3). En Sigüenza, el cartero y presidente de la Casa del Pueblo Francisco Gonzalo es asesinado por pistoleros vinculados al empresario y reconocido miembro de las derechas Román Pascual (4).

Guerrilleros del destacamento del XIV Cuerpo en Zaorejas.

 

Es en esta situación cuando se produce el golpe de estado del 18 de julio que en la provincia apenas tuvo repercusión debido a la falta de noticias (5) . La guerra se comienza a notar pasadas unas semanas,, a medida que van avanzando pequeños contingentes de grupos de falangistas y requetés que se unen a grupos locales provenientes de Navarra, Zaragoza y Soria. Molina de Aragón es ocupada a finales de julio de 1936 y el resto de pueblos hasta el límite con el río Tajo son ocupados en los días sucesivos(6).

Ante el avance franquista, muchos de los integrantes de los partidos de la izquierda de la comarca deciden huir por los pinares en dirección Cifuentes y Guadalajara. La gran mayoría acaban entrando en la sección del Quinto Regimiento de Guadalajara que se entrena en el actual Colegio de Adoratrices, formando el Batallón Marlasca, íntegramente de Guadalajara y provincia. Éste es el primer contacto con las armas que toman nuestros protagonistas.

Lo que parecía ser un golpe de estado rápido para llegar a Madrid se estanca, pierde fuelle y la línea del frente se estabiliza partiendo por la mitad la provincia de Guadalajara en un frente más o menos delimitado por trincheras y distintos puestos; pero en el caso de Molina de Aragón, viene dado por la geografía del terreno y principalmente por el río Tajo.

Los combates para tomar Madrid buscan cercar la capital y Guadalajara toma parte en la conocida Batalla de Guadalajara, de la que solo diremos que es ahí cuando se formará una brigada de choque de las fuerzas republicanas en la que entrarán muchos de nuestros protagonistas, la 49º Brigada Mixta (7).

Ahora bien, la guerra se complica y se necesitan nuevas formas bélicas capaces de minar la moral enemiga y conseguir efectos inmediatos: retirada de fuerzas del frente, sublevaciones en la retaguardia franquista, etc. ¿Quién mejor iba a conocer la retaguardia franquista que los pastores y resineros que habían huido ante el avance franquista? Aquí es donde entran de lleno nuestros protagonistas (8) “Servicios Especiales”, “Servicio de Información y Acción Militar” (SIAM), “Servicio de Información Especial Periférico” (SIEP) y, finalmente, “XIV Cuerpo”. Éstos son los distintos nombres que toman dependiendo de a quién pertenecían (9).

Los guerrilleros de Molina (como he decidido titular este artículo) eran de los pueblos de la comarca. Eran pastores, agricultores, resineros, etc. Pero también eran letones, suizos, alemanes, italianos, fineses, rusos, ingleses, polacos, etc. Estos guerrilleros causaron no pocos quebraderos de cabeza a las instituciones franquistas de la retaguardia en Guadalajara. No es de extrañar, que debido a su operatividad formasen una contrapartida guerrillera llamada “los Guerrilleros del Alto Tajo» (10).

Sólo he podido consultar las acciones pertenecientes al mes de diciembre de 1937, realizadas por la Compañía Richard (11)en las que atacan el frente desde los alrededores de Mazarete volando un camión con refuerzos para el frente de Teruel, hasta Cogolludo, con la voladura de un camión de transporte. La voladura de un arsenal en Luzón, la búsqueda y captura de tres pilotos de la Legión Cóndor en el término de Valtablado del Río (12), la voladura de un camión de requetés entre Ablanque-Mazarete, etc. Desde luego, que eran un problema en la retaguardia franquista puesto que tenían todo contacto con la población local que les servía de apoyo y recibían de ésta una información vital para pasarla a las líneas republicanas. Las misiones podían ser de lo más diversas: desde la liberación de unos presos en un fuerte (como los del fortín de Carchuna, en Granada), tomar contacto con los fugados del penal de San Cristóbal de Pamplona o tomar parte de alguna ofensiva como en Albarracín, donde fueron encargados del combate en el pueblo de Griegos (Teruel).

El misticismo alrededor de estas unidades es total. A día de hoy es muy difícil encontrar información sobre ellos puesto que la labor de ocultación ha sido total. Tanto por los propios guerrilleros por una cuestión de seguridad de ellos mismos en el momento en que realizaban estas acciones, como por los franquistas que se encontraron con la existencia de este cuerpo nunca antes visto. Éso es. Porque fue una unidad nunca vista hasta entonces, no existía en ningún ejercito un XIV Cuerpo Guerrillero como el que formó el Estado Mayor republicano.

No es casual que muchos españoles, posteriormente, participasen de la guerrilla contra la ocupación nazi en Francia. Igual que tampoco es de extrañar, que la gran mayoría de instructores soviéticos que enseñaron tácticas guerrilleras en España acabaron condecorados por sus servicios durante la II Guerra Mundial en Rusia, y por sus conocimientos en el terreno. Uno de ellos (que fue de vital importancia), fue Artur Karlóvic Sproguis, un letón alistado al Partido Bolchevique tras la Revolución de Octubre. Su formación militar le acabará llevando a ser el escolta de Vladimir Lenin. ¿Qué tiene que ver este señor con Guadalajara? Sproguis era el instructor de los guerrilleros del Servicio de Información y Acción Militar en Trillo, y encargado en numerosas ocasiones de varias incursiones a través del puente de San Pedro en Zaorejas.

La comarca de Molina de Aragón cuenta una historia completamente oculta.

 

(*) Alan Enrique Herchhoren Alcolea es estudiante del Grado de Historia en la Universidad de Alcalá de Henares y estudiante en prácticas en el Instituto de Estudios Latinoamericanos. Activista de movimientos sociales y por la Memoria Histórica, en la actualidad está investigando para su Trabajo de Fin de Grado, que lleva por título «La guerra de guerrillas durante la Guerra Civil en la comarca de Molina de Aragón».

 

(1) Anónimo (“Un habitante del Ducado”). (28/12/1935). “La cuestión resinera”. Periódico “Abril”. Pg. 2 (Número 34).

(2) Villar, Paulino. (28/12/1935). “Coolíes españoles”. Periódico “Abril”. Pg. 1 (Número 34)

(3)http://cronicaparda.blogspot.com/2015/11/moratilla-de-los-meleros-el-crimen-del.html, contrastado con el testimonio de la hija de Víctor, Valentina Bernáldez. La historia de esta mujer es digna de novela. Durante la Guerra Civil, formó parte de “Los Niños de la Guerra” y fue adoptada por una familia británica. Consiguió volver a España a finales de los años 40.

(4) Durante los días previos a la ocupación franquista de Sigüenza, los voluntarios alistados a las milicias formaron un batallón llamado “Francisco Gonzalo” en memoria de su compañero.

(5) Sólo hubo dos conatos de rebeldía el 18 de julio: Guadalajara capital y Budia, donde un grupo de falangistas asaltaron el Ayto.

(6) Alcolea del Pinar, Luzón, Ciruelos, Anguita, Aguilar de Anguita y Maranchón el día 2 de agosto y, al día siguiente los pueblos sucesivos: Sta. María del Espino, la Riba de Saelices, Saelices de la Sal, etc.

(7) Sería disuelta al final de la guerra tras un bombardeo al tren que los transportaba en Xátiva (Valencia).

(8) El instructor soviético Jadyi Umar Mamsurov (alias Santi) es la persona de quien toma Hemingway al protagonista Robert Jordan, en Por quién doblan las campanas.

(9) El SIAM dependía directamente de las Brigadas Internacionales y los mandos soviéticos. El SIEP y los Servicios Especiales dependían del propio Ejército Popular. El XIV Cuerpo es el resultado de aunar las distintas organizaciones militares.

(10) Formado por miembros de los tradicionales partidos de la derecha local, miembros de familias notables de la comarca, etc. Muy emparentados con los requetés y el carlismo.

(11) Dependiente del SIEP, formaba parte de la 300º División (164 Brigada) cuyo cuartel estaba entre Guadalajara y Azuqueca.

(12) Su avión fue derribado en el frente y se les encomendó la búsqueda del avión, encontrando tanto a los pilotos, como el  avión y la documentación que portaban.