Correr en tiempos de coronavirus

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Los runners echan de menos las salidas en grupo. Foto:// Runners Cabanillas

Por Sonsoles Fernández Day

Desde que nos han abierto la puerta de casa, aunque sea con un horario restringido, se han notado las ganas que teníamos de correr y a algunos, las de salir corriendo. Los aficionados al running no veíamos el momento de volver a hacer kilómetros, sentir de nuevo las piernas vivas y ese satisfactorio hormigueo del entreno acabado. Otros no habían corrido nunca, pero se calzaron unas zapatillas y sudaron la camiseta, posiblemente para cumplir con alguna promesa de confinado valiente. Después de tantos días encerrados en casa, asomados a la ventana, soñando con poder escapar y volar, correr nos permite, al menos ese rato, sentirnos libres. Algunos lo habrán dejado ya, han completado el experimento y prefieren pasear. Para los que han descubierto el placer de correr y se han enganchado a esta droga, bienvenidos, y también, siento decirlo, mis condolencias.

Correr en tiempos de la Covid-19 es muy diferente a lo que era antes. Las restricciones, las fases, los horarios y la distancia social de separación han transformado el escenario. Hemos tenido que cambiar las rutinas para no coincidir en lugares y tiempo con el resto de la población que sale a caminar y a oxigenarse. Podemos salir una vez al día y en solitario siempre dentro del municipio. A los runners más pros se les hacen pequeños algunos pueblos aunque mucho peor están los bikers, acostumbrados a hacerse el Tour de la Alcarria cada fin de semana. Atrás quedan las quedadas con los compañeros del club, y, lo que es más triste, los desayunos o las cervecitas de después del entreno ya no serán lo mismo con mascarilla y distancia. Como casi todo en esta época de pandemia, la puesta en común postentreno será virtual.

Por obvias razones, las carreras también son ahora virtuales. Para aquellos a los que les mueve o les puede el afán competitivo y quieran quitarse la espinita de aquellas carreras que se han anulado, hay ya una aplicación para móviles que se llama viRACE, (virtual race). Se trata de que varios participantes se unan para competir en un reto. Todos empiezan a la misma hora para la misma distancia, pero nunca en el mismo lugar. El teléfono va informando del lugar que ocupa cada uno en la carrera y del sitio por el que estarían pasando. Al finalizar el reto, todos reciben una medalla y una bolsa del corredor. Virtual, porque no puede ser de otra manera. El pique con los colegas está asegurado. Eso sí, cuidado con las distancias que no podemos pasarnos de la franja horaria del runner. Personalmente, no me veo corriendo por la ‘carretera de la patata’, de Cabanillas del Campo a Alovera, y que mi móvil me diga que estoy cruzando el puente de Brooklyn. Tengo imaginación, pero no tanta. Las carreras se viven en la ciudad y en el paisaje que las caracteriza. Prefiero esperar.

Otra versión de las carreras virtuales que empezamos a ver son las propuestas solidarias. Este domingo 24 de mayo se celebra en Guadalajara la primera de una serie de ocho Carreras Solidarias a beneficio del Banco de Alimentos, organizadas por la Fundación Eurocaja Rural. La inscripción de 8 euros será al cien por cien destinada a ayudar a los más necesitados de nuestra ciudad. Se pueden correr o caminar 5 o si prefieren, 10 km, por cualquier lugar dentro del horario permitido. La Fundación entregará un euro más de ayuda por cada foto que los runners suban a redes sociales con el hashtag #CarreraVirtualSolidaria. Ahí nos han dado en el punto flaco. Después de hablar de sensaciones, no hay nada que le guste más a un runner que una foto conmemorativa. Si se estaban preguntando cómo echar una mano sólo tienen que inscribirse y convertir el paseo o el entreno de este domingo en una buena acción. Desde cualquier lugar de España y para cualquiera de las carreras que hasta el 28 de junio se celebran en apoyo de ocho provincias diferentes.

Nadie sabe lo que pasará con las carreras populares en un futuro próximo. Yo misma escribía hace unos meses en El Hexágono cómo se estaba desinflando la burbuja del running por el exceso de carreras y el precio abusivo de muchas. Nadie contaba con la vida virtual y confinada a causa de una pandemia. Es posible que con la crisis económica que se nos viene encima, las carreras, cuando quiera que se vuelvan a convocar, sean aún más caras por falta de patrocinadores. Cada día vamos viendo cómo se van cancelando distintos eventos multitudinarios por la imposibilidad de controlar la distancia social. La Media Maratón de Guadalajara no se celebra hasta mediados de diciembre, pero si se produjera un rebrote en otoño, como ya han pronosticado, tendrán que cancelarla. Si podemos correrla desde una aplicación, en el salón de casa, nos libraríamos del frío, de la cuesta de los Multicines y de la subida hasta la rotonda de la bici, pero nunca podría ser lo mismo. También prefiero esperar.

De momento solo podemos soportar el chaparrón con deportividad, que para eso entrenamos. Otras batallas son para otras tormentas. Mucha paciencia porque llevamos tiempo sin correr y el cuerpo no es el mismo, mucha calma porque no hay objetivos a la vista y no hay que marcarse plazos, mucho cuidado con las lesiones, no salgan a lo loco y mucho ánimo si están empezando. Disfruten del aire libre, de cada kilómetro y de las sensaciones. Regálense un ratito de felicidad al día, sobre todo, sin mirar el móvil. Luego ya nos pondremos otra vez en guardia, pero con las pilas cargadas.

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