
Patio de los leones del palacio del Infantado. // Foto: Fran Hermenegildo
Por Álvaro Nuño.
Confieso que ayer por la tarde respiré profundamente con alivio cuando un amigo me informó por whatsapp que el Palacio del Infantado no tenía aluminosis. La noticia corrió como la pólvora. La maldita palabreja nos llevaba a muchos vecinos que queremos esta ciudad rondando por la cabeza casi medio año desde que a principios de mayo, los responsables del Ministerio de Cultura y de la Junta de Comunidades, en una rueda de prensa urgente y conjunta nos dijeron que el edificio se cerraba de manera inmediata por el riesgo de que toda su estructura padeciera este grave problema detectado en dos vigas de la galería lateral que da a los jardines. La preservación de la seguridad les llevó a tomar esta drástica decisión que dejó todas las dependencias que acoge el Palacio cerradas por obras, un cartel que ha colgado desde entonces en la puerta de entrada del Museo Provincial, que ha impedido disfrutar de su maravilloso Patio de los Leones a los visitantes de la ciudad y que nos privó, por ejemplo sin el tradicional escenario del Maratón de los Cuentos.
Ahora la Junta de Comunidades informa de nuevo desde Toledo a través de una nota de prensa de que, tal y como hizo ya en mayo pero en sentido justamente contrario, «la estructura del Palacio no presenta signos de aluminosis salvo en una de sus galerías», la misma donde ya se comprobó en aquel mes de mayo. Los estudios técnicos llevados a cabo durante los meses de agosto y septiembre -podrían haber sido en junio y julio- por parte de los técnicos del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) han consistido en la apertura de sesenta catas en el suelo y en el techo de varios puntos del edificio con el fin de reconocer diferentes forjados del edificio y extraer muestras para su análisis en el laboratorio. Al parecer, han podido observarse gran variedad de forjados, correspondientes a las distintas fases de reforma y reconstrucción del edificio, llevada a cabo en los años sesenta, pero tras observar los primeros resultados de los análisis, «ya se puede adelantar que la estructura del palacio no presenta signos de aluminosis salvo en la galería indicada», reza la nota. Por tanto, una magnífica noticia para todos, que debemos celebrar sin paliativos.
De hecho, y basándose en este avance de resultados, el Gobierno de Castilla-La Mancha dice que va a estudiar de inmediato la reapertura de todos aquellos espacios que no presentan aluminosis, lo cual significaría la apertura del monumento de nuevo al público después de seis meses cerrado, salvo de la zona donde se detectaron las vigas con aluminosis -la citada galería del patio- que «los técnicos recomiendan que permanezca cerrada al público y con un acceso muy restringido, mientras se preparan las actuaciones para erradicar la patología y garantizar su estabilidad estructural».
Por supuesto, sería deseable que el Palacio volviera a abrir sus puertas de forma inmediata, que el Museo Provincial retome su actividad habitual, que la Sala Azul vuelva a acoger exposiciones y sus visitantes puedan apreciar los frescos de Rómulo Cincinato, así como que los turistas vuelvan a poder ver los grifos y los leones del patio más famoso de Guadalajara, no sólo en foto sino en carne y piedra.
Ayer mismo sin ir más lejos, horas antes de que se produjera esta noticia, los componentes de la Asociación Gentes de Guadalajara presentaban la edición del próximo Tenorio Mendocino, que volverá a escenificar el drama romántico de José Zorrilla por diferentes monumentos de la ciudad y una de las novedades sin duda obligadas por las circunstancias que resaltaban era el traslado de una de las escenas cumbre, la de Quinta de Don Juan, desde su tradicional escenario del Patio de los Leones a uno de los laterales, en los Jardines. Queda una semana para el Tenorio, pero ya que nos quedamos sin Maratón de los Cuentos allí, sería una magnífica reapertura que presenciáramos en su interior como Don Luis Mejía da con sus huesos en el suelo a manos de la afilada espada de Don Juan con grifos y leones como testigos mientras el público aplaude a sus actores y a su palacio.
Por su puesto, ni que decir tiene que el Museo Provincial más antiguo de España podrá cumplir su 180 cumpleaños el próximo 19 de noviembre con sus instalaciones abiertas y en una celebración como la efeméride se merece.
Pero tras cubrirse la demanda más perentoria planteada por la Plataforma «Abraza el Infantado» que era evidentemente la reapertura del edificio, Ministerio, Junta y ciudadanía no deberíamos echar en saco roto otras reivindicaciones que sobre el palacio se han refrescado durante estos seis meses, como son la ampliación del Museo Provincial hasta ocupar todas sus dependencias cerradas desde la salida de Biblioteca y Archivo -desarrollando un plan museológico que ya está incluso presentado a la administración autonómica-, así como mantener la lucha para que no se lleve a cabo el deseo de los herederos del Duque del Infantado de construirse un lujoso dúplex pagado con los impuestos de todos pero para uso y disfrute sólo de una noble familia. Así se lo expusieron los miembros de la plataforma a comienzos de este mes de octubre al Subsecretario de Cultura y Deporte y al Director General de Bellas Artes y parece que ambos cargos ministeriales se mostraron receptivos a ambas propuestas.
Por tanto, si dejar de celebrar la apertura de nuevo de nuestro querido palacio, no se debe olvidar el resto de proyectos para que se convierta en un edificio abierto, público y vivo.