Por Gustavo García
Algo se mueve. A ver si finalmente nuestros dirigentes son capaces de ponerse de acuerdo y solucionar el conflicto territorial del agua con diálogo y entendimiento. En definitiva, aplicar el sentido común y la coherencia. Precisamente, algo en lo que vamos poco sobrados, sobre todo en esta materia. Mil y una veces hemos repetido que las cuencas excedentarias son las que deben, porque pueden, ceder agua a las deficitarias. Sin hablar de que los deshielos producen de manera reiterada inundaciones al paso de determinados ríos el Ebro especialmente–, que no pueden retener, por falta de las infraestructuras adecuadas, y que luego suponen desastres para agricultores y hortelanos. El dinero empleado en las indemnizaciones posteriores bien podría destinarse mejor en prevención y aprovechamiento.
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